¡Vaya disparate lo mío! Esta habitación
gotea despedidas, hunde las manos en las cenizas.
gotea despedidas, hunde las manos en las cenizas.
A modo delirante intento no perder conexión
inmediatamente, aprisa, aprisa, más aprisa.
Repito lo matutino de las llamadas,
ninguna es tuya, por quinta vez lo confirmo.
A penas se ven ciertas entradas
que están falseándose como nuevos envíos.
Tengo la angustia de que me abraces,
de hacerte restaurar con este absurdo método.
¡Por piedad! Es de Dios mandar ángeles
como revelación a la espera por teléfono.
Hubiera podido escoger otras tentativas
ya que soy anzuelo fácil para eso,
y las hay; sin embargo, las hay en teoría
rodeándote… acompañándote en tu lecho.
De manera que en vez de alejarme
desarrollo un chasco de telepatía
¡Con tal de qué creas que no es tarde!
¡Con tal de qué creas que te amo todavía!
0 Comentarios:
Publicar un comentario