Como para no creer el camino más duro de mi vida es, sin lugar a dudas, estar en paz con Dios. Y lo digo en pleno juicio de mis actos. Algunos creen que vivir bajo el cobijo de la palabra de Dios es lo más hermoso que existe, ciertamente lo es, pero el tormento del enemigo es devastador; ese miserable golpea por todos lados, incluso en el recuerdo desconsolado que se supone desdeñado y/o afrontado.
He iniciado con gozo mi trato con Dios, leyendo, orando, perdonando a los que me ofenden, aunque suelo equivocarme en muchas cosas, trato de no herir y buscar la paz con quienes no me llevo del todo bien.
Quiero que la palabra fortalezca mi hogar y sé que me expongo con esta decisión porque al enemigo le desagrada. No importa. Por más que todos los males se reúnan juntos, sea en mi hogar, en mis sueños, en mis amistades muy cercanas, en mi trabajo, en todo lo que amo y valoro desde la raíz... 
No importa, estar en paz con Dios traerá grandes cosas, lo sé.

Quiero decirles a todos los que me leen que el camino no es fácil, lo acabo de iniciar cojeando, pero siempre hacia adelante.
Echaré un vistazo a esta nueva etapa de la cual pienso hablar, esperando en Dios un resultado que me haga feliz.

Creo en el poder de Dios.
pese a todo
por sobretodo
NADA QUEBRANTA MI FE.

Muchas gracias.