Te quiero y creo que no te convenzo, 
pues el temor que de mí te desampara,
con injusta razón del resentimiento,
me mide con la misma vara.

Por eso te entiendo cuando dices que no,
y a su vez mi corazón insiste
porque confía que entre tú y yo
un lazo de amor puede ser posible.

Y en realidad se da que te quiero
con el propósito de volverse amor.
Cada noche y en el lugar que frecuento
el asunto de mi charla es de los dos.

A esas horas donde es normal soñar
y despertarse con buen ánimo,
con miras de quererte no te dejo de pensar
hasta que el sueño cumpla su rol básico.

Posiblemente te quiero más de lo que digo,
pero te quiero y te llamo desde la otra orilla. 
Aún no sé si es por falta de cariño
que haces esperar
cuando te han esperado
toda la vida.




Si comprendiera que no me aman
iría por un poco de consuelo, no por sexo,
porque no se ama para compartir cama,
sino para compartir con quien amas
con la seguridad de que sales ileso.

Hasta ahora he optado más por el amor
y de eso me siento orgulloso.
Hasta ahora alguien sabe de mi corazón,
y aunque es buena mi intención
sus miradas se dirigen a otro.

Pero no me duele verla partir,
hay de todo un poco en el mundo.
Lo que me dolerá es que por allí
vea equivocadamente feliz
a quien sume más dolor en lo profundo.

Siempre le digo una que otra cosa,
pero, como suele suceder cuando amas:
Aun cuando la encuentro a solas
se toma su tiempo para decirme hola
y no sabe que atesoro sus palabras.

La voy a perder o creo que ya la perdí
y no es que sea mi culpa.
Todos nos perdemos -por decirlo así-
solo que algunos dan fin
cuando no deberían abandonar nunca.




Hasta ahora no sé cómo invitarte a salir
porque no acostumbro a salir con chicas,
porque soy de los que quieren plantar raíz
donde otros llegan de visita.

A lo mejor sucede que nos encontramos
en esas veces donde adivino el rumbo.
A lo mejor puede que algo
nos haga saber ¡qué pequeño es el mundo!

Pero de algo estoy seguro 
y en esto soy bien honesto:
que empleo las palabras como recurso
porque confío en la magia de los versos.

De igual modo: mágico es escucharte
y saber que detrás de ese mensaje
hay al frente el retrato de un ángel
que cambia de aspecto, pero no de imagen.

Y mientras hallan emociones al verte
desde mi ventana hacia las estrellas,
todo lo dicho hasta ahora es breve 
porque aún queda más por hacer 
cuando estés 
cerca.

¿Aceptas salir conmigo?