Tengo a la conciencia que solo sabe reclamar,
durante su trajín laborioso murmura recuerdos,
duerme para desahogarse, amanece por voluntad,
a veces, se aleja; a veces, retoma su vuelo.

Pero, no, Dios mío, todavía es temprano.
No es así como funcionan las cosas cuando se ama.
Disculpa mi insistencia, pero a los seres humanos
nos duele más entender a la mala.

No permitas que todo se invada en mi contra
porque más dolor se suma de vuelta a casa.
Más bien, ayúdame a darle forma
porque este es mi sueño, ¡no me cortes las alas!

Acaso, ¿no sientes a mi corazón inquieto?
Temblorosas, mis manos, hacen puño.
Sin mentirte bien sabes de mis miedos,
pero aquí estoy, una vez más, ante el mundo.

No me digas que ya acabó. Para ti es tan simple.
Quizás me aguarden nuevas primaveras;
quizás hay algo mejor, pero es intangible
como los sueños abandonados que quedan fuera.

No me digas que vuelva a empezar,
¿O me toca llevarme otro mal recuerdo?
Sí es así, hazme saber que voy a llorar
y que voy a tener más derrotas y menos aciertos.



Pero, ¿Cómo no vas a tener dudas, mujer,
si te habla de situaciones embarazosas?
Se te insinúa descaradamente y, entre otras cosas,
confunde espacios públicos por cuartos de hotel.

¿Cuál es su futuro contigo? ¡Ah! Aún son jóvenes
y quieren saber si esto puede funcionar.
Ya veo por donde va su relación informal:
sexo, diversión, apoyo moral, ¡Ah! y hoteles.

“¡Ay, pero lo quiero!, ¡ay, pero es lindo!
Lo que pasa es que tú estás celoso
porque no tienes novia y criticas lo hermoso
porque sólo te pueden ver como amigo.”

Muy cierto; sólo me ven como amigo,
y esta es una noticia de cuatro paredes:
Me ven como amigo, ¿quiénes?
Mujeres libertinas que no piensan en hijos.

Porque las otras de por sí que esperan.
No juegan a los romances de caras bonitas.
Se nota cuando una mujer se perfila señorita:
muy enamorada en una relación seria.

En cambio tú, que te las das de princesa
tomas a conciencia la clara imagen.
Luego sufres; luego, todos somos iguales,
cuando bien sabes que la realidad no es esa.